Miguel Ángel Jiménez, un tipo único
Para gustos los colores.
Una vez más me animo a escribir impulsado por un comentario de David Barrionuevo (@david) en la red social golfista. La verdad que la disparidad de opiniones está asegurada…
Es más que llamativo que un señor de 50 tacos, al que algunos le auguraban una pronta jubilación tras padecer una importante lesión en la pierna mientras esquiaba, se haya encontrado en lo más alto de la tabla de clasificación del primer grande del año, el “master de angustias” como el propio protagonista de este post ha rebautizado . A pesar de no lograr incorporar una nueva prenda de color verde a su fondo de armario Miguel Ángel Jiménez se encuentra en el centro de todas las miradas y especialmente en la de los aficionados españoles, que han visto con cariño como ha sacado pecho el de Churriana en la primera cita de la temporada de uno de los 4 grandes.
Hace unos días leía en Crónica Golf un post más que interesante de Alfonso Martínez – Usuario en twitter -, donde planteaba una pregunta ¿el mejor golfista de la historia? y de una forma distinta valoraba la longeva, y aún activa, carrera profesional del astro Malagueño.
“no solo es el golfista de más edad mejor clasificado en el ranking mundial, sino que sigue entre los cuarenta mejores y entrará por la puerta grande en los cuatro majors de la temporada… y todo ello un año después de una escalofriante fractura de meseta tibial que a más de uno lo habría dejado en el dique seco”
Miguel Ángel Jiménez arrastra un impresionante palmarés con veinte victorias en el European Tour y unos más que notables registros en la Ryder Cup donde le hincó el diente a la copa en las ediciones de 2004 y 2010.
Miguel puede ser sin dudas uno de golfistas más carismáticos y queridos del plantel profesional actual. Un señor sibarita, trabajador y muy luchador, transparente que no se olvida en absoluto de sus orígenes y que trata de devolver al golf lo que este le ha dado por medio de iniciativas propias maás que plausibles. Si miramos atrás, al año 1988. Veremos como comienza el “fenómeno del pisha” cuando tan solo tenía 18 años y justo acababa de sacar su licencia de jugador con un claro objetivo: competir. Según sus propias palabras “Por entonces estaba más tieso que la mojama. El club donde trabajaba me pagaba las facturas, pero entre campeonato y campeonato tenía que seguir trabajando de caddy y de bolero (recogiendo bolas) para poder subsistir. Así, hasta que en el 89 me hice profesional”. Con el Abierto de Bélgica del 92, su primer triunfo en el circuito europeo, se dio a conocer y de paso se colocó por encima de Seve y Olazábal en la lista de ganancias, de cara a la Ryder Cup del ´93 que finalmente no consiguió disputar. Eso sí, fue su primer aviso…
Miguel Ángel Jiménez lleva una vida dedicada al golf y todos los que conocemos algo de su trayectoria solo podemos destacar sus virtudes tanto dentro como fuera del campo, pero ¿qué pasa más allá de “nuestras fronteras golfísticas? ¿Es Miguel Ángel Jiménez un ejemplo de deportista de elite? David comentaba en la red golfista que “como licenciado en Ciencias del Deporte me parece penosa su imagen de fumapuros y bebevinos…“ Barrionuevo piensa que la imagen que proyecta no beneficia a nuestro deporte y lanza algunas preguntas ¿Somos un deporte? ¿Somos una actividad social? ¿Somos un pasatiempo?
Si bien es cierto que más allá de las gestas deportivas de Jiménez, de su carisma y de la gran persona que es, la imagen que puedan percibir los ajenos a nuestro mundo no es la de un deportista de elite… La que seguro toman es la de un tipo único!