Sabios consejos o malos mitos
En el golf amateur hay mitos que no benefician a nuestro swing y debemos entender el más allá.
No muevas la cabeza!
Cuántas veces hemos oído esta frase en un campo de golf. Pensar en la cabeza quieta es uno de los consejos más perjudiciales para la mejora de este deporte además de crear lesiones en la espalda. Como sabemos hay dos ejes de giro. Por lo tanto, la cabeza se mueve lateralmente de derecha a izquierda. La cabeza mantiene la altura respecto al suelo ya que los ángulos de rotación (el de la pelvis y el de las piernas) se mantienen.
Una vez que impactamos con la bola, los ángulos de rotación se extienden para liberar la zona lumbar. La cabeza también mantiene la altura con relación al movimiento hacia delante o hacia atrás, ya que el peso del cuerpo está repartido sobre toda la planta de los pies. Sólo se puede jugar con la cabeza totalmente quieta si se juega con los pies juntos, ya que los dos ejes se convierten en uno. Conclusión: la cabeza se mueve lateralmente pero no se hunde.
TE ESTAS CRUZANDO EN LA BAJADA
La bajada del palo se inicia con la parte baja del cuerpo; cuanto más parada esté la parte baja del cuerpo, más reacciona la parte alta. Si inicias la bajada con el movimiento lateral de las piernas, el palo trabajará de forma natural por la línea correcta. Este ejemplo es muy usual en los amateurs muy parados de cuerpo, sin ninguna traslación del peso.
SUBE CON EL BRAZO ESTIRADO
Es otro de los grandes mitos del golf. El brazo izquierdo (para diestros) durante la subida mantiene la misma extensión que en el stance (nadie tiene el brazo izquierdo recto en el stance por lo tanto tampoco estará en el tope del backswing). El brazo estará estirado en el impacto pero para poder crear un lanzamiento antes tiene que tener un grado de flexión. Una cosa que está estirada en su totalidad no se puede estirar más, lo importante es que se mantenga estirado en el impacto.
MIRA LA BOLA DURANTE TODO EL SWING.
El jugador debe de ver lo que quiere golpear, pero la visión va cambiando de perspectiva.
Cuando nos colocamos, vemos la bola desde un ángulo vertical, y a medida que vamos subiendo la miramos de reojo desde atrás. Y cuando impactamos seguimos viéndola y mirando cómo vuela; por lo tanto vemos la bola en todo momento. Si miramos la pelota desde la misma perspectiva durante el backswing, tendremos un giro del cuerpo incorrecto. Los amigos: “¡Has fallado por que no has mirado la bola!”. Ojalá que la enseñanza fuese tan simple.